Hoy (claramente) no es mi día.

24 de septiembre...
24 de septiembre....
Jueves 24 de septiembre...
Ni 13, ni martes, ni nada.
Qué raro...

Hoy, jueves 24 de septiembre, las fuerzas mala onda de la vida se las agarraron conmigo.

1º
Me levanto como todas las mañanas. Lo único raro era que mi casa estaba absorbida por un silencio extraño. No le di mucha importancia, no soy muy lucida a la mañana, soy más espectro que persona en ese momento del día.

Me lavo la cara, me cepillo los dientes... A cada minuto que pasaba ese silencio se hacía más extraño, más ajeno. En eso, tomo conciencia. ¿DÓNDE ESTÁ LA NENA? ¡Eso era el silencio! Mi gata tiene un maldito trastorno de identidad y por las mañanas se cree despertador. Pero esta mañana no me despertó, no me contó que hizo a la noche, no me dió los buenos días, no me pidió el desayuno, no me miró desde el espejo del baño, no nada! NO ESTÁ!

NENA! NENA!! PRRRR!!! MICHI MICHI MICHI!

Busco por todos lados: living, cocina, baño, bañadera, cuarto, abajo de la cama, abajo de las sábanas, adentro del placar, balcón. En 5 min ya había recorrido toda la casa 3 veces -mi casa es peke, como yo.

Ay Dios! Se tiró por el balcón. Me fijo. No veo nada.
Me visto y bajo. No la veo. No está abajo de ningún auto, no está en la entrada de ningún edificio. Hasta verifico que no hayan manchas de sangre en el piso. NADA!

(Ya estoy llorando sin posible contención)

Subo. Vuelvo a revisar tooooda la casa. Lo miro a Lucas, "¿Dónde está la Nena, Lucas? ¡¿DÓNDE?!" El gato me mira con desaliento, como si me quisiera decir algo pero no encontrara la forma. Resignada y con el celular en la mano -para llamar a mi papá y decirle que no voy a trabajar, para llamar a mi hermano y decirle que venga a ayudarme, y para llamar a mi psicólogo y decirle que vuelvo a terapia- corro al balcón y, con el ultimo halo de esperanza que se traduce en voz, grito: NENA! NENA!!!

-Miau!
- Nena?
- Miau! MIAU!!!!
- Nena!

Miro para el balcón de los del 1º. Ahí estaba. Con una expresión de alegría pero a la vez de desesperación tirandome maullidos constantes.


Cuestión: La gata sigue ahí. Cuando bajé a pedirles a los del 1º si me dejaban rescatar a mi gata resulta que, como gente correcta que no se queda dormida como yo, ya no estaban. Así que, lo único que puedo hacer es esperar mientras, escucho los llantos (constantes) de mi gata.

2º
Llego a la oficina. Le cuento a todos lo que me pasó con la Nena. "Que horror!" dicen unos, "Pobrecita" dicen otros, "Que gata de mierda" digo yo.
¡Fue!

T- Che Lu, vamos a comprar comida.
L- Dale!

(busco mi billetera)

(sigo buscando)

(vacío la cartera)

(no está la billetera)

L- Che primo, no encuentro mi billetera...
T- Se te habrá caído en el auto. Ahora cuando bajamos la buscas.
L- Dale!

(Agarro celular, anteojos y la llave del auto)

Vamos al auto. No está la billetera.

L- Me la debo haber olvidado en casa.
T- Si, seguro. ¿Qué vas a comer?
L- No sé.

Llego a casa. Me aseguro de que la gata siga llorando en el balcón de los del 1º. La gata sigue ahí. Que se joda!, reafirmo.

Busco la billetera. Busco. Busco. Busco.

Cuestión: No está mi billetera. No sé dónde coño puede llegar a estar. No sé si me la robaron o se me cayó. No sé si fue en la facultad anoche u hoy en la calle. No sé. No sé. No sé

¡SÓLO SÉ QUE ESTE DÍA ES UNA MIERDA!