Mi mañana
Me levante de muy MUY mal humor. Sigo sin auto entonces tengo que ir en colectivo. No tengo monedas. Como no dormí en casa, me están apurando para que me vaya. Y para empeorar todo, tengo la leve sospecha de que mi acompañante no me es totalmente sincero cuando dice "Uy que garrón! Encima yo no tengo nada para darte" (sorete) En el colectivo escribo: Después de comprar unos chicles que me dieron 20 centavos y de desplegar mi magia seductora que me dio un peso, logre subir al colectivo. Transición entre el mal humor y la felicidad. La felicidad nunca vino. No sé si fue mi genio o una respuesta muy mala onda. Lo que sí sé es que desde el jueves 24 de septiembre mi suerte no toca mi cuerpo. Ni mi cuerpo. Ni mi puerta. Ni mi barrio. Ni mi mail. NADA